Artikkeli: Artikkelit 2013–2018

2.2.2016 klo 08:55

Las empleadas domésticas de Colombia

Alumnos y alumnas de la escuela beneficiaria del proyecto del Centro Solidario de los Sindicatos Finlandeses (SASK) haciendo una obra de teatro sobre el café.
Alumnos y alumnas de la escuela beneficiaria del proyecto del Centro Solidario de los Sindicatos Finlandeses (SASK) haciendo una obra de teatro sobre el café.

 

Texto por MINNA MINKKINEN, foto por ANTTI SADINMAA
En Colombia son principalmente las mujeres negras que trabajan en el servicio doméstico como empleadas domésticas. En Colombia la situación laboral de las mujeres negras es la más precaria puesto que sufren de prejuicios, discriminación y racismo.

Según las estimaciones de la Escuela Nacional Sindical (ENS), en Colombia hay un millón de empleados domésticos de los cuales 250.000 trabajan en la región de Medellín. La ENS es un centro de investigación y formación cuyas funciones se asemejan a las de un sindicato.

Con el apoyo del Centro Solidario de los Sindicatos Finlandeses (SASK), la ENS ha realizado un estudio sobre la situación de las empleadas domésticas en la región de Medellín.  Según el estudio, un 90 por ciento de las 200 mujeres entrevistadas no recibía el salario mínimo (226 euros al mes), y sus empleadores no pagaban la seguridad social.

Nueve de cada diez entrevistadas trabajaba de 9 a 16 horas al día a pesar de que, según la ley, la jornada laboral es de ocho horas diarias. Un 80 o 90 por ciento de las entrevistadas se podía considerar que vivía debajo del límite de la pobreza.

Entre las empleadas domésticas hay muchas mujeres sin formación y madres solteras, y la mayoría de ellas son negras, afrocolombianas. Se estima que en el campo la situación de las empleadas domésticas es aún peor. En la ciudad, como promedio, un 60 por ciento de las empleadas domésticas no vive con la familia en la que trabaja.

En las narraciones de las mujeres se repiten los mismos temas: el salario no es negociable, hay que aceptar lo que sea con condiciones que sean. Las empleadas domésticas dicen que sufren de mucha violencia y violaciones.

La presidenta del Unión de Trabajadoras del Servicio Doméstico de Colombia, María Roa Borja.
La presidenta del Unión de Trabajadoras del Servicio Doméstico de Colombia, María Roa Borja.

 

La presidenta del Unión de Trabajadoras del Servicio Doméstico (UTRASD), María Roa Borja, describe su día laboral así: se despierta a las cuatro de la mañana y luego prepara un desayuno y una merienda para llevar al hombre de la familia. Luego despierta al hombre y lo atiende para que salga al trabajo. Después se levantan los niños de la familia, desayunan y salen al colegio. Luego limpia la casa, lava la ropa y come algo entre las tareas de la casa.

El almuerzo para la familia tiene que estar preparada para las doce y la casa tiene que estar limpia y ordenada. Después recoge la mesa y almuerza ella misma. Las empleadas domésticas no comen en la cocina de la familia y no usan sus cubiertas. Tienen su propio espacio y sus propios utensilios. Muchas veces su espacio propio se sitúa fuera de la casa. Las tareas domésticas continúan: lavado, reparado y planchado de la ropa. Luego pasea al perro y cuida de los niños y del jardín.

En algunas familias viven también los ancianos cuyos cuidados forman parte de las tareas de las empleadas domésticas. Muchas veces la jornada no termina hasta las once de la noche.

Muchas empleadas domésticas no quieren trabajar en el mismo oficio el resto de su vida sino que quieren formarse para una profesión decente. En Colombia, debido a la guerrilla, hay una gran cantidad de refugiados y muchos han tenido que migrar del campo a la ciudad para huir de la violencia.

Derechos a través del sindicato

Durante el estudio de la ENS varias empleadas domésticas se dieron cuenta de cuán precaria es su situación en el mundo laboral. Las empleadas domésticas suelen encontrarse en el parque los domingos para conversar de su trabajo y vida laboral. Las empleadas domésticas decidieron que ya sería la hora de organizarse, y recibieron apoyo de la ENS para fundar su propio sindicato.

El sindicato se fundó en 2013 y cuenta actualmente con 200 miembros. El número de miembros va creciendo, y el objetivo es conseguir que el mayor número posible de empleadas domésticas se adhiera al sindicato.

En dos años el sindicato ya ha conseguido mucho. Colombia ha ratificado el convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los derechos de las empleadas domésticas.

Colombia ha proclamado una ley propia para responder a las necesidades de las empleadas domésticas. En esta ley se ha definido que la jornada laboral es de ocho horas diarias e incluye la obligación de pagar el salario mínimo. Además, al amparo de la ley, las empleadas domésticas gozarán de las primas y las prestaciones sociales. El único problema es hacer que se cumpla la ley y se realice su monitoreo.

El sindicato de las empleadas domésticas informa a las familias sobre los cambios de la ley y sobre sus responsabilidades y los derechos de los trabajadores. El sindicato realiza también un trabajo de sensibilización política y exige que se realicen revisiones a domicilio en las familias empleadoras y que Colombia informe a la OIT sobre la situación de los trabajadores domésticos.

El sindicato ha conseguido sacar al público la discusión sobre la situación de los trabajadores domésticos. El sindicato espera que pueda cambiar la cultura y efectuar cambios estructurales que ayuden a los trabajadores domésticos.

Un muchacho volcando un saco de bayas de café.
Un muchacho volcando un saco de bayas de café.

 

El sindicato ha fortalecido a las mujeres para buscar una vida mejor. El apoyo de la ENS al sindicato ha sido significativo: ha formado a las mujeres de las cuales muchas han cursado la educación básica y planean sus estudios posteriores.

La actividad sindical ha hecho de las mujeres un parte visible de la sociedad. Con una pequeña iniciativa del Centro Solitario de los Sindicatos Finlandeses (SASK) se han conseguido mejoras visibles en el mundo laboral de las mujeres en situación más precaria.

Sin embargo, el Gobierno de Finlandia va a recortar la ayuda para el desarrollo por 300 millones de euros. Eso significa, entre otros, que se van a terminar los proyectos parecidos al que se ha descrito arriba.

Si quieres, tú también puedes aportar tu grano de arena al movimiento sindical de los países en vías de desarrollo apoyando las actividades del SASK.

|||

Este artículo fue publicado originalmente en finlandés en Vasen Kaista como parte de una serie de tres artículos:

Kahvia ilman riistoa (21.12.2015)
Jo 20 ay-aktiivia tapettu 2015 Kolumbiassa
(3.12.2015)
Kolumbian kotiapulaiset (27.11.2015)

 

Vastaa

Sähköpostiosoitettasi ei julkaista. Pakolliset kentät on merkitty *